Mas allá de ser para algunos un término de moda, lo digital ha permeado cada uno de nuestros entornos de trabajo y desarrollo de la actividad empresarial y esta aquí para quedarse desde lo físico, social, laboral y cultural.
En el ámbito de la evaluación de la conformidad, la transformación digital busca incrementar la productividad, tener seguimiento remoto y recurrente de los procesos de seguimiento, reducir los costos de operación e incentivar la innovación.
Pero ¿cómo entran en juego estos aspectos?
En nuestro gremio, tomar el paso en la transformación digital implica la adopción de sistemas y herramientas digitales que permitan agilizar el proceso de evaluación y certificación.
Para Javier González, jefe de laboratorio de ICCLAB, las nuevas tecnologías permiten que los procesos de evaluación de la conformidad se optimicen, ya que toda la información requerida para sus procesos de gestión, verificación y seguimiento puede estar en línea y con controles digitales, lo cual permite que los resultados de la evaluación de la conformidad, informes de ensayos y certificados de calibración estén disponibles de forma ágil. Igualmente, a través de estos sistemas se permite la integración a otros procesos transversales y así minimizar los riesgos de manejo de la información de forma física, gracias al respaldo de la información de diferentes formas: en la nube, en discos duros, entre otras.
Para Gonzalez, algunos de los retos que tiene el gremio de la evaluación de la conformidad para la adopción y la aplicación de soluciones digitales son:
Romper el paradigma de los registros físicos.
Mejorar la infraestructura, con el fin migrar toda la información a diferentes plataformas que permitan que todas las partes involucradas en el proceso de evaluación de la conformidad tengan acceso ágil a la información.
Lograr que el retorno de la inversión se refleje en la optimización de los procesos.
“La transformación digital en la evaluación de la conformidad va más allá de la adquisición de equipos electrónicos, ya que por sí solos no representan un cambio, además de los recursos físicos, la transformación también incluye un proceso constante y permanente al interior de las empresas y la preparación y crecimiento del capital humano”, concluye González.
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